Wednesday, July 19, 2006

Protocolo de Kyoto

Protocolo de Kyoto y los bonos de carbono

Un negocio en el aire

Qué pensaría si le dijera que en éste momento usted esta respirando dinero. Sí, aunque no lo crea, cada respiro es un centavo más para el emergente negocio del aire. Un mercado en el cual el viciado y contaminado aire chileno se transa en los llamados bonos de carbono. Una de las aristas de vender descontaminación, que nació de la mano del Protocolo de Kyoto. En el cual Chile rápidamente se ha hecho participe.

Por: Yoba.

Aunque suene increíble, el hombre tomó conciencia que la industrialización y la contaminación que ella generaba estaba destruyendo el planeta. Visionaron que de seguir así en unos cuantos años más la vida en la tierra sería vista a través de una máscara antigases.


¿Protocolo de Kyoto?


Kyoto,1997. En la agitada ciudad Nipona un grupo de países, entre ellos las grandes potencias industriales como Canadá y la Unión Europea, se dieron cuenta que los gases tóxicos del denominado efecto invernadero estaban provocando un cambio climático de consecuencias fatales para la vida humana en la tierra.
Los científicos estiman que el cambio climático ocasionará efectos insospechados de diferentes tipos durante el presente siglo, como un aumento en el nivel del mar y una intensificación de eventos climáticos extremos como sequías inundaciones etcétera.
Chile podría verse afectado principalmente por la disponibilidad del recurso hídrico, particularmente en la zona central del territorio. Otros probables efectos serían la intensificación de la aridez y un avance de los desiertos hacia el sur, mayores precipitaciones en la zona sur, y fenómenos de El Niño más frecuentes e intensos.
Efectos que en Chile ya se han presentado durante los últimos años, en el cual las estaciones que antes estaban marcadas por un clima específico se han vuelto cada vez más relativas. Poco a poco, nuestro clima se ha vuelto más tropical.


Misión del Protocolo de Kyoto.

La principal misión fue establecer compromisos más estrictos de reducción y limitación de emisiones de gases de efecto invernadero para los países desarrollados, estableciendo un calendario específico para cumplir dichos compromisos. El acuerdo principal fue alcanzar la reducción conjunta de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), al menos en un 5% bajo los niveles existentes al año 1990, para el primer período comprendido entre los años 2008 al 2012. Asimismo, se crearon los llamados mecanismos de flexibilización (bonos de carbono), con el fin de ayudar a estos países a cumplir con el calendario de reducción mencionado.
Chile ratificó este acuerdo en el 2002.“me siento satisfecho por la ratificación del protocolo. La inserción de nuestro país en el mundo nos obliga a estar al día no sólo en materias económicas y políticas, sino también ambientales”.Señaló, el director de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), Gianni López
"Si bien nuestros esfuerzos principales están centrados en reducir la contaminación local que tiene un impacto directo sobre la salud de las personas, la ratificación de este protocolo demuestra que Chile también está preocupado por aquella contaminación que tiene efectos más globales sobre el medio ambiente y la población", indicó.


Vender descontaminación

El sistema de bonos de carbono es un mecanismo que nace al alero del Protocolo de Kyoto, el cual obliga a que los países desarrollados reduzcan sus emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Para cumplir con sus metas de reducción de emisiones, estas naciones pueden financiar proyectos de captura o abaratamiento de estos gases en otros países, acreditando tales disminuciones como si hubiesen sido hechas en territorio propio, ello porque este tipo de contaminación es a nivel global. Es decir, si un país contamina por sobre la cuota asignada por Kyoto. Tiene dinero y necesita solucionar el problema. Buscará un país pobre o en vías de desarrollo, el cual contamina menos de lo asignado, necesita dinero y, a la vez, desarrollar proyectos energéticos. La solución está en el aire, es el llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio: el país invierte en proyectos de reducciones de emisiones, y éste le entrega bonos de carbono que puede utilizar a su antojo. El país en vías de desarrollo, en tanto, puede lograr el financiamiento de, por ejemplo, una planta hidroeléctrica o forestal.

Los proyectos de mitigación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) establecidos entre un país inversor y otro receptor contemplan innovaciones tecnológicas en procesos productivos de industrias y de transportes, iniciativas de eficacia energética, cambio a energías renovables; forestación, reforestación y conservación de bosques y plantaciones. Para que dichos proyectos sean aprobados deben cumplir ciertas condiciones, una de ellas es la “externalidad”, que tiene que ver con brindar beneficios sociales además de económicos y reducir impactos medioambientales, procurando además preservar la biodiversidad y evitar problemas de erosión.


“Puro Chile es tu cielo azulado”

Sería impensado que una nación como la nuestra, en vías de desarrollo, no fuera parte de este nuevo negocio.
Hoy, el gobierno de Chile a partir del accionar de CONAMA, se encuentra impulsando un portafolio de proyectos de reducción de gases de efecto invernadero y que además implican beneficios locales. Posee una carpeta de más de sesenta proyectos acogidos al Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que tienen que ver con la generación de energías renovables, la gestión de residuos, la cogeneración, la utilización de biomasa, la sustitución de combustibles, el transporte y la reforestación.
Si estos proyectos se concretaran se produciría una reducción de aproximadamente 5 millones de toneladas de carbono equivalentes al año. Una cifra considerable si se piensa que la entrada en vigencia del protocolo remeció el mercado, llegándose a cotizar la tonelada en 10 dólares. No obstante, fuentes como el Banco Mundial, que actualmente maneja el 80% del mercado, ofrecen entre 4 y 5 dólares por tonelada reducida
“el desarrollo de este nuevo sector exportador no tradicional podría significar ingresos por aproximadamente 44 millones de dólares anuales, 6 veces más que lo que se exporta en teléfonos celulares y el doble de lo que se exporta en carne bovina. Un premio interesante para el desarrollo limpio de la industria nacional” Paola Conca, gerente de Medio Ambiente y Calidad de ProChile
Unos ejemplos de dichas medidas, es la puesta en funcionamiento del proyecto hidroeléctrico Chacabuquito en la V Región, el que al reemplazar generación térmica, reduce 1,7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero ante lo cual la compañía japonesa Mitsubishi a comprado a 3,5 dólares la tonelada reducida. De esta manera, de los US$ 37 millones que costó la inversión en la Central de Paso, 7 millones de dólares fueron aportados por la venta de los certificados de reducción de los gases de efecto invernadero.
O el famoso Transantiago, el cual aporta 1 millón de toneladas reducidas. Y basta con ver la enorme cantidad de bosques comprados por Douglas Tomkins, el cual vio una buena inversión a futuro en esas miles de hectáreas verdes. Porque una utilización sostenible de los ecosistemas forestales permitiría la recuperación de tierras degradadas, el control de la desertización, la protección de recursos hídricos y la biodiversidad. La opción de preservar bosques autóctonos y acrecentarlos es muy rentable Además, con el nuevo reglamento de áreas silvestres protegidas el potencial superaría los 100 millones de toneladas reducidas. Un negocio redondo.

No todo es paz y amor

Grandes potencias ven con escepticismo y menosprecio al protocolo y sus bonos de carbón. Es el caso de Estados Unidos y Australia dos países industrializados que en conjunto suman un tercio de las emisiones de “GEI”, lo consideran poco rentable para sus economías e incapaces de detener el cambio climático. Además, existen factores de freno a está propuesta ambiental, como la no obligación de reducción de gases para países en desarrollo y que son altamente contaminantes, como India y China, y la posibilidad de los países desarrollados de compensar emisiones comprando “unidades de carbono” en lugar de reducir efectivamente desde la fuente.Son temas criticados del documento.

Algunos científicos también creen que aun cuando se cumplan las metas fijadas, los cambios en la temperatura global serían mínimos.
“el efecto invernadero llegó para quedarse. Es casi imposible que con el ritmo de vida de la sociedad actual el nivel de gases disminuya. Ni un acuerdo multinacional logrará detener las consecuencias de la industrialización” Ana María Ruz, ingeniera del área Medio Ambiente de la Fundación Chile


El negocio del futuro


Se prevé que al año 2010 este negocio moverá US$ 10 mil millones y Chile es uno de los países que actualmente está marcando liderazgo. Las ventajas que tiene Chile, así como otras economías en transición como India o China, es que todavía es posible desarrollar importantes transformaciones tecnológicas que permitan la reducción de un gran volumen de toneladas de carbono a un costo mucho menor que en los países desarrollados



¿Verde pro-naturaleza o pro-dólares?

Es necesario que la tarea de ayudar a descontaminar nuestra tierra sea urgente. Sí no queremos circular con máscaras antigases es imperante tomar conciencia del inminente peligro y el acelerado avance de nuestra contaminación sobre la biosfera. El Protocolo de Kyoto fue el primer paso y, negocio o no, por lo menos ayuda con la tarea de descontaminar. En la cual Chile pone un pequeño grano de limpia arena en esta playa mundial contaminada por el hombre.







¿Qué provoca el efecto invernadero?

Veamos, ¿usted anda en auto? ¿Vive en un sector que antes era campo abierto? ¿Los días lunes, martes y viernes saca la basura?

Si sus respuestas son afirmativas, felicitaciones usted colabora con la utópica causa de destruir la tierra. Así es, porque las principales actividades que generan gases de efecto invernadero son la quema de combustibles fósiles (industria, transporte, etc.), cambios en el uso de suelo y la silvicultura.